La situación en la Franja de Gaza ha alcanzado un punto crítico, con más de 210 mil personas en las regiones septentrionales enfrentando una severa escasez de alimentos, según informó la Oficina de Coordinación Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA). La desesperación es palpable, ya que las comunidades han recurrido a medidas extremas de supervivencia, consumiendo incluso lo que normalmente no se consideraría alimento.

La Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC), un grupo de especialistas en nutrición, ha emitido una advertencia urgente, indicando que la hambruna no es solo una posibilidad, sino una realidad inminente que podría estar ocurriendo ya, basándose en su evaluación más reciente.

El portavoz de la OCHA, Jens Laerke, compartió con gran preocupación que el 70% de los residentes de Gaza del Norte ya están sufriendo de hambruna, y que las fatalidades relacionadas con la falta de alimentos están en aumento. Además, señaló que más de 1.1 millones de palestinos en otras áreas de Gaza también se encuentran al borde de una crisis alimentaria.

Laerke enfatizó la gravedad de la situación, advirtiendo que si no se permite el acceso a la ayuda humanitaria debido a las restricciones impuestas, podríamos ver un incremento dramático en la mortalidad por inanición. La comunidad internacional está llamada a responder con urgencia para evitar una tragedia mayor.