En una noche donde la emoción estaba más cargada que un teléfono nuevo, el Cruz Azul y el América nos dieron un espectáculo digno de una final de telenovela. El Cruz Azul, celebrando su 97° aniversario, quería la victoria más que piñata en cumpleaños, pero al final, tuvo que conformarse con un empate a uno que sabe a esas galletas sin relleno.

Desde el pitazo inicial, la Máquina se puso en marcha como si tuviera prisa por llegar a una cita con el destino. Y vaya que Uriel Antuna tenía una, porque apenas a los 5 minutos, creó una jugada que terminó en penal. ¡Zas! Fue como ver a un superhéroe en acción, solo que en lugar de capa, llevaba tacos de fútbol. Antuna, con la precisión de un relojero suizo, transformó el penal en gol y puso el marcador 1-0.

Pero las Águilas no se quedaron atrás, y como quien no quiere la cosa, empataron el partido a los 16 minutos. Fue un saque de banda que terminó en los pies de Julián Quiñones, quien, más solo que la una, empujó el balón al fondo de la red. ¡Y así, amigos, se silenciaron los cánticos y se encendieron las esperanzas!

El resto del partido fue un ir y venir, con Cruz Azul dominando pero sin la puntería necesaria para cerrar el trato. América, por su parte, se defendía como gato boca arriba, esperando aprovechar cualquier regalito de la defensa celeste. Pero no hubo más goles, solo un montón de «uy» y «casi» que mantuvieron a todos al borde del asiento.

Al final, el marcador no se movió más que los precios en oferta, y ahora todo se decidirá en el partido de vuelta. ¿Podrá Cruz Azul romper la sequía de tres años o América volará alto para llevarse la corona? ¡Nos espera un partido de vuelta más emocionante que final de novela!