Nuestro querido Pemex, el titán de los hidrocarburos, ha anunciado que cerrará el show de este año con un número impresionante: ¡solo 94,500 millones de dólares de deuda! Eso es, amigos, frente a los 106,100 millones de dólares del gran final del año pasado. ¡Parece que alguien ha estado ahorrando!
El maestro de ceremonias, Octavio Romero, en un acto digno de un malabarista, ha declarado que no necesitarán pasar la charola para nuevos financiamientos. En cambio, seguirán pagando sus deudas como buenos artistas que terminan su acto. Y todo esto, ¡con una sonrisa y un agradecimiento al Gobierno por su generoso patrocinio!
Mientras tanto, nuestro presidente, el gran Andrés Manuel López Obrador, ha estado jugando al superhéroe, rescatando a Pemex de las garras de la quiebra. ¡Y vaya que lo ha hecho con estilo, inyectando más de 90,000 millones de dólares en trucos fiscales y capital!
Pero no todo es confeti y serpentinas, amigos. Los analistas, esos aguafiestas, nos recuerdan que aún hay desafíos gigantes, como una deuda que no solo es grande con los bancos, sino también con los que proveen los cacahuates y las palomitas.
Y para el gran final, ¡ta-da! Las refinerías de Pemex están preparando un espectáculo de 1.7 millones de barriles por día para el cierre de 2024. ¡Eso es subir de nivel! De un modesto acto de 611,856 barriles por día en 2018, han pasado a un impresionante 791,989 barriles el año pasado. Aunque, oops, parece que el combustóleo se nos ha ido de las manos.
El señor Romero, con un as bajo la manga, nos asegura que la autosuficiencia energética está a la vuelta de la esquina. Y el presidente, ese mago de la política, promete que pronto no exportaremos ni una gota de nuestro petróleo, porque todo será para el gran acto final: ¡Pemex produciendo los combustibles que México necesita!
¡Y eso es todo, amigos! ¡Sigan atentos para el próximo acto de esta emocionante función!