Oh, claro, según la brillante fracción de Hagamos en el Congreso, los pobres maestros ahora tienen que ser unos genios para entender y aplicar los flamantes programas de estudio. ¡Qué maravilla! Resulta que recién el martes se les ocurrió publicar estos planes, y ¡sorpresa!, las clases vuelven el 28 de agosto. ¡Cómo no! Ni siquiera se dignaron a decir si hicieron alguna especie de ensayo piloto con el nuevo sistema. Mara Robles, la portavoz de estas ideas brillantes, nos iluminó con su sabiduría.

Antes de la pandemia, al parecer, siete de cada diez niños salían de la primaria sin idea de cómo leer, escribir, hacer matemáticas o entender ciencias. Pero no se preocupen, después de la pandemia, esto se ha convertido en un desastre aún mayor. Así que, para resolverlo todo, ¡cambiemos todo el modelo educativo! ¿Quién necesita consistencia y estabilidad, verdad? Ahora, los maestros, que ya son expertos en malabarismos, deberán descubrir cómo enseñar con el nuevo plan. Pero, por supuesto, nadie sabe exactamente cómo lograr eso. ¡Un diálogo sería magnífico!

Y oh, por si fuera poco, esos niños que ya estaban acostumbrados a un plan de estudios durante su tiempo escolar, pues qué aburrido, ¿verdad? ¡Todos a cambiar! ¡Nuevos planes educativos para todos los grados! ¡Vamos a mezclar todo y a ver qué pasa! ¡Gracias, Hagamos, por hacer de la educación un emocionante juego de adivinanzas!