En un mundo donde los campos de maíz y los ejidatarios son los nuevos influencers, Claudia Delgadillo, nuestra heroína sin capa (ni superpoderes), ha decidido que es hora de dignificar el campo. Porque, claro, nada dice ‘dignidad’ como prometer el cielo y la tierra en época de elecciones.

Con una varita mágica (o tal vez solo un micrófono), Claudia ha proclamado que transformará el sector agrícola en el motor económico del país. ¡Abracadabra! ¿Será que con solo decirlo, las cosechas crecerán más verdes y los precios serán justos? Esperemos que su plan incluya algo más que palabras bonitas y sonrisas para las cámaras.

Y no olvidemos la siembra sustentable, esa prioridad tan alta en su lista que casi se pierde entre las nubes de promesas. Porque, como todos sabemos, las promesas electorales son tan sustentables como un globo de helio en una fiesta infantil.

Pero no teman, queridos votantes, Claudia tiene un plan: una Mega alianza que involucra a todos los actores del sector agrícola. Porque si algo necesitamos es otra ‘mega’ cosa que suene impresionante pero que en la práctica… bueno, ya veremos.

Así que, mientras esperamos que esos caminos saca cosechas se conviertan en autopistas de la abundancia, sigamos disfrutando del espectáculo electoral. Después de todo, ¿qué sería de una campaña sin un poco de magia y muchas, muchas promesas?