«La montaña rusa financiera: la BMV se sumerge mientras el peso mexicano toma impulso».
En un intento por explorar las profundidades desconocidas del océano financiero, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) decidió sumergirse un poquito más, cayendo un impresionante 0.09%. Sí, señoras y señores, ¡eso es casi una décima parte de un porcentaje completo! Con esta caída, la BMV ha logrado encadenar tres sesiones consecutivas de descenso, demostrando que la consistencia es clave… incluso cuando se trata de perder.
El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC), que es básicamente el termómetro de la BMV, cerró la sesión con 56,677.05 unidades. Eso significa que perdió 50.93 puntos, lo que en el mundo de las matemáticas se traduce en una variación negativa del 0.09% frente a la jornada anterior. Pero no todo es malo, porque mientras la BMV jugaba a las escondidas con los puntos, el peso mexicano se puso las pilas y se apreció un 0.75% frente al dólar, cotizando a 16.99 unidades por billete verde.
En el interior del mercado, hubo resultados mixtos, como en una ensalada de frutas financieras. Algunas empresas como América Móvil y Cemex decidieron unirse a la tendencia submarina, con pérdidas del 1.84% y 1.77%, respectivamente. Mientras tanto, el Grupo Aeroportuario del Sureste se llevó la medalla de oro en clavados con un 3.06% de pérdida.
Pero no todo fue un viaje al fondo del mar, algunas empresas decidieron tomar un poco de aire fresco. Axtel, por ejemplo, se disparó un 15.79% y 13.21% en sus series, y la Operadora de Sites Mexicanos subió un 6.64%. Así que, como ven, la BMV es como una montaña rusa de emociones… y finanzas.