En Santo Tomás Hueyotlipan, Puebla, la tarde del viernes se tornó explosiva. Un polvorín en San Miguel Zacaola decidió dar un show de fuegos artificiales sin previo aviso, dejando al menos cuatro muertos y cuatro heridos.

Las autoridades aún investigan cómo alguien pensó que manipular pirotecnia sin precauciones era buena idea. Protección Civil y la Policía estatal llegaron para acordonar el área y atender a los heridos, cuestionándose por qué hay polvorines en zonas habitadas.

Mientras dos personas fueron trasladadas a hospitales, las identidades de las víctimas siguen en el aire. Pero, claro, nada dice “prevención” como investigar después de que todo voló por los aires.