Mientras el cielo se desata, Jalisco suma otra tragedia al recuento del temporal. En Arandas, una familia de vacaciones se encontró con un río crecido. Un niño de nueve años fue arrastrado en un vehículo tipo razer junto a su madre, quien también fue hallada sin vida. El padre, ileso, dio la voz de alerta. Y así, ya son 13 las víctimas.

Los tres eran de Estados Unidos, de visita, porque, ¿qué mejor forma de conocer México que cruzando un río en un vehículo recreativo? La búsqueda involucró a varias unidades de Protección Civil, que deben tener un programa de lealtad para estas situaciones.

Y si alguien pensaba que esto era un caso aislado, otra menor fue arrastrada en Atotonilco El Alto al intentar cruzar un río en motocicleta con su padre. Él sobrevivió; ella no.

Mientras tanto, Protección Civil clasifica las muertes como “directas” e “indirectas”, como si eso hiciera el recuento más llevadero. Los ríos crecen, las lluvias caen y las decisiones humanas siguen desafiando la lógica.