«¿Plástico con sabor a cáncer? ¡Buen provecho, gourmet de lo tóxico!»

En el menú del día: alimentos calentados en recipientes plásticos con una pizca de bisfenol A (BPA), ese ingrediente secreto que nadie pidió y que podría estar cocinando un tumor en tu organismo. Calientas tu comida en ese tupper de dudosa procedencia y, sin saberlo, activas una reacción química digna de laboratorio. El calor altera el pH y los bisfenoles se liberan como mariposas en primavera, haciendo que tus genes se comporten como si estuvieran en una fiesta desenfrenada.

El BPA se disfraza de hormona, convenciendo a tus células de que la multiplicación descontrolada es la última moda. Está tan presente como tu ex en redes sociales, desde biberones hasta cosméticos. Si el plástico pudiera hablar, diría: “No soy tóxico, solo estoy malinterpretado”. Pero los investigadores de la UNAM no están tan convencidos. Así que la próxima vez que calientes tu comida, pregúntate si el envase también tiene hambre… de tus células. ¡Buen provecho!