La Ciudad de México, donde los homicidios se investigan con precisión suiza y la velocidad de una tortuga en huelga. Este miércoles, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, anunció con gran pompa la detención de 13 personas relacionadas con el asesinato de sus colaboradores, Ximena Guzmán y José Muñoz, ocurrido el 20 de mayo en avenida Tlalpan.

Tres meses después del crimen que sacudió a la capital, se realizó un “importante operativo” —porque los pequeños ya no están de moda— que resultó en la captura de tres presuntos autores materiales y diez sospechosos, como si los homicidios tuvieran su departamento de logística.

Brugada, con tono solemne, destacó la “coordinación institucional” entre todas las dependencias posibles. Durante tres meses, el silencio fue total, pero ahora, con las elecciones a la vista, la justicia parece haber despertado de su letargo.

Mientras tanto, el Gobierno federal asegura que los homicidios han bajado un 24.9% desde que Claudia Sheinbaum asumió la presidencia. Aunque, viendo casos como este, cabe preguntarse si esa cifra incluye solo los crímenes resueltos… o también los que se olvidan.