Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania y maestro en diplomacia bajo presión, se alista para un nuevo capítulo de su gira internacional: Washington. ¿El contexto? Una reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin en Ucrania, porque, claro, la guerra necesitaba más drama geopolítico.

La última vez que Zelenski estuvo en EE. UU., se llevó más que souvenirs: Trump y su vicepresidente JD Vance lo presionaron para que aceptara un acuerdo con Rusia. Esta vez, no va solo; lo acompaña una comitiva europea digna de la alfombra roja.

“Es fundamental que Washington nos apoye”, repite Zelenski, como un mantra antes de una reunión crucial. También pidió que Europa mantenga la unidad de 2022, que parece más frágil que una promesa electoral.

Sobre una posible reunión trilateral con Rusia, Zelenski fue claro: “Rusia no está interesada”. Traducción: no esperen abrazos ni acuerdos. Y si Moscú sigue en modo “no me interesa”, vendrán más sanciones.

Zelenski dejó claro que no habrá cesión territorial, ya que la constitución ucraniana lo prohíbe. Así que, por ahora, el único mapa que se mueve es el de su itinerario diplomático.