«El final del drama universitario: el tirador de Atlanta se despide del escenario»
En un giro que nadie vio venir, el hombre detrás del tiroteo en la Universidad Emory ha decidido cerrar su “brillante” capítulo de violencia de forma definitiva. Ha fallecido, pero los detalles de su salida son un misterio digno de una mala serie de suspenso.
Mientras tanto, un oficial resultó herido y fue al hospital, confirmando que el caos fue más que emocional. La universidad, en un acto de creatividad digital, envió el clásico protocolo: “CORRA, ESCÓNDANSE, LUCHE”, como si estuvieran en una película de acción y no en una clase.
El campus sigue cerrado, decorado con vehículos policiales agujereados y fluidos derramados, porque claro, ¿quién no querría un estacionamiento con estilo?
Así termina otro episodio en la novela interminable de la violencia armada en EE.UU., donde el guion se repite sin parar.

