China sabe cómo combatir brotes con estilo, y ahora su enemigo es el chikungunya, que ha dejado más de 7 mil casos en Foshan, cerca de Hong Kong. La estrategia es una mezcla entre ciencia ficción y reality show de control sanitario.

Las autoridades han desplegado mosquiteras, nubes de desinfectante y drones cazadores de charcos. Sí, drones. Y si piensas que dejar agua en una maceta es inofensivo, podrías recibir una multa de hasta 10 mil yuanes  o quedarte sin electricidad. Porque nada dice “salud pública” como castigar con apagones.

La televisión muestra operarios rociando desinfectante como protagonistas de una distopía post-pandémica. Además, están usando peces que comen larvas y hasta mosquitos más grandes para eliminar a los pequeños. Sí, China está literalmente contratando mosquitos para acabar con sus versiones miniatura.

China está en modo “no me vuelven a agarrar desprevenido” mientras el chikungunya sigue haciendo de las suyas con fiebre y dolor articular.