«INE se aferra a su credencial como si fuera el último tamal: ¡no dejará que la CURP biométrica le robe el protagonismo!»
En una novela digna de la televisión, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha decidido defender su preciada credencial de elector a capa y espada. ¿El villano? La CURP biométrica, que amenaza con robarle el show y el presupuesto.
El INE asegura que su credencial no solo es útil para votar, ¡es la más bonita y confiable desde el billete de 50 pesos con ajolote! No permitirán que una CURP con huellitas digitales les diga cómo hacer su trabajo.
El padrón electoral también se resiste, convencido de que ni los datos biométricos más modernos pueden igualarlo… aunque a veces se confunde al ubicar votantes.
Mientras tanto, la CURP biométrica promete modernidad y eficiencia. Pero el INE está listo para defender su territorio como si fuera el último bastión de la democracia.
¿Quién ganará esta batalla? Por ahora, los ciudadanos solo quieren no tener que mostrar tres identificaciones para recoger un paquete.

