«Crisis de Tacos: El Sabor del Pastor se Vuelve un Lujo»
El aroma de los taquitos al pastor ya no es solo un deleite para los sentidos; ahora también es un recordatorio de la crisis económica que azota a los amantes de la comida mexicana. Los precios de los alimentos en restaurantes, taquerías, torterías y loncherías han escalado a niveles estratosféricos, dejando a los comensales con una sensación de hambre y desesperación.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los taquitos, tortas y otros antojitos mexicanos han experimentado un aumento que hace que la inflación general parezca una broma de mal gusto. ¿La razón? Las materias primas necesarias para preparar estas delicias se han vuelto más caras que un boleto de primera clase a la Luna. Carne, frutas y verduras han sido víctimas de condiciones climáticas adversas, como sequías y tormentas de polvo que parecen sacadas de una película de ciencia ficción.
Los tacos, en particular, han sido golpeados más fuerte que una piñata en una fiesta infantil. A nivel nacional, el precio promedio por una orden de cinco a seis tacos de suadero, longaniza o bistec, junto con una bebida de 600 mililitros, es de 135 pesos. En la Ciudad de México, donde los precios son tan cambiantes como el clima, esa misma orden cuesta aproximadamente 120 pesos. Los comerciantes han notado un cambio en el comportamiento del consumidor: “Antes, un trompo de pastor se nos acababa en una noche; ahora nos dura hasta dos días”, comentó Gustavo Gutiérrez, propietario de una taquería en la alcaldía Cuauhtémoc. Al parecer, los clientes están más preocupados por sus bolsillos que por sus papilas gustativas.
Javier Pichardo, otro taquero local, ha tomado medidas drásticas para sobrevivir en este mundo de precios inflados. Antes compraba suficiente carne para alimentar a un ejército de hambrientos; ahora se conforma con ocho a diez kilos. “No solo es la carne”, dice Pichardo con un suspiro, “también las verduras como cilantro, limones y aguacate están cada vez más caros. ¡Es como si el aguacate estuviera hecho de oro!”
La consultora internacional EY revela que el 80 por ciento de los mexicanos está preocupado por el aumento en los precios de los alimentos y productos básicos. Además, se anticipan incrementos en costos como electricidad, gas y agua. Francisco Olivares, socio líder adjunto de consumo en EY Latinoamérica, explicó: “Los consumidores han ajustado sus hábitos de compra según su situación personal y familiar. Algunos incluso han comenzado a vender sus riñones en el mercado negro para pagar la cuenta del supermercado”.
Ángel Huerta, analista económico en Grupo Financiero Ve por Más, advierte que aunque la inflación general podría mantenerse moderada durante el resto del año debido a la desaceleración económica del país, existen riesgos que podrían presionar aún más los precios. Entre estos destacan la depreciación cambiaria y tensiones políticas internacionales que podrían afectar la economía nacional. En otras palabras, estamos al borde de una crisis de tacos.