En los Everglades, donde los mosquitos son casi mascotas y los caimanes tienen más derechos que cualquiera, Florida ha inaugurado su nuevo centro de detención, apodado “Alcatraz de los Caimanes”.

Construido en solo ocho días, porque la seguridad y derechos humanos no esperan,  este lugar tiene capacidad para 3,000 personas, 200 cámaras y suficiente alambre de púas para rodear un castillo.

El fiscal general, James Uthmeier, se jactó en redes sociales de que recibirán a “cientos de criminales inmigrantes ilegales”. Claro, porque estigmatizar es lo que se lleva en la política migratoria.

Mientras tanto, grupos ambientalistas y comunidades indígenas advierten sobre el daño a un ecosistema frágil. Pero no se preocupen; los caimanes están felices con sus nuevos vecinos.

Y para añadir un toque comercial, el Partido Republicano ya vende camisetas y enfriadores con el logo del centro. Porque si vas a encerrar personas, ¡que al menos sea con estilo!