«EE.UU. y Canadá: del berrinche al brindis comercial»
Después de una breve pero intensa telenovela diplomática, Estados Unidos y Canadá han decidido volver a hablarse. ¿El motivo? Ottawa retiró su impuesto digital a las grandes tecnológicas, ese que tenía a Washington con el ceño fruncido y el dedo en el botón de los aranceles.
El presidente Trump, fiel a su estilo de “negociación con megáfono, había suspendido las conversaciones comerciales tras calificar el impuesto como un “ataque descarado” a la innovación estadounidense. Pero bastó con que Canadá dijera “ok, lo quitamos” para que la Casa Blanca respondiera con un “entonces sí hablamos” y una sonrisa diplomática.
El asesor económico Kevin Hassett confirmó que las negociaciones se reanudan “absolutamente” y que esperan cerrar un acuerdo lo antes posible. Porque nada dice “amistad entre vecinos” como una amenaza de tarifas seguida de un apretón de manos.
Mientras tanto, las grandes tecnológicas respiran aliviadas, los diplomáticos desempolvan sus trajes de negociación, y el resto del mundo observa con palomitas cómo se escribe el próximo capítulo de esta comedia comercial.
