En el último episodio de la telenovela política mexicana, la presidenta Claudia Sheinbaum se involucra en el escándalo del diputado y exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, acusado de presunta violación en grado de tentativa. Exigiendo pruebas, Sheinbaum parece olvidar que en este país las evidencias son más escasas que un gol de Blanco en sus últimas temporadas.

Durante su conferencia, reafirmó el apoyo a las mujeres, pero subrayó que el contexto y las pruebas son clave. «Es importante revisar cuáles son las pruebas», dijo, mientras los asistentes se cuestionaban si era defensa o un curso de lógica.

El caso ha resonado más que un estadio lleno. La media hermana de Blanco ha denunciado amenazas tras hablar, mientras él afirma que su «conciencia está tranquila». Claro, porque los políticos mexicanos tienen un talento especial para mantener la calma en medio del escándalo.

Mientras tanto, los legisladores del PRI votaron junto a Morena para proteger el fuero de Blanco, algo que Sheinbaum niega sea una alianza. «¿Cómo pensar que hay una alianza con el PRI?», comentó, como si coincidencias no existieran.

Así que mientras esperamos que las pruebas salgan a la luz (quizás con un poco de magia), el caso Blanco nos recuerda que en México, la política es puro espectáculo. ¿Final o nuevo inicio? Solo el tiempo lo dirá.