En el fascinante mundo de la “eficiencia” investigativa, la Fiscalía de Jalisco ha entregado un informe sobre el Rancho Izaguirre con más preguntas que respuestas y con un retraso digno de un campeón. Este rancho, catalogado como un “centro de entrenamiento” del crimen organizado, presenta pruebas tan escalofriantes como restos humanos y ropa dispersa, todo bajo un aire de misterio digno de una novela policiaca.

Mientras el fiscal general Alejandro Gertz Manero señala las “omisiones” de las autoridades locales —que incluyen no seguir pistas y no hacer prácticamente nada— los colectivos de búsqueda y familiares de desaparecidos siguen en la espera. Porque en México, la justicia es como un espejismo: todos hablan de ella, pero nadie la ha visto.

Así que mientras esperamos el siguiente capítulo de este drama judicial, solo queda preguntarse: ¿será este el caso que rompa el ciclo de impunidad o terminará siendo otro expediente olvidado? ¡Hagan sus apuestas!