En el fascinante mundo de las relaciones internacionales, nada como una buena amenaza. Canadá ha decidido pausar su plan económico tras la advertencia de Trump de duplicar los aranceles sobre el acero y el aluminio. ¡Qué emocionante!

El presidente, siempre listo para un buen espectáculo, amenazó con aumentar los aranceles del 25% al 50%, lo que llevó a Ontario a suspender su plan de subir el precio de la electricidad que vende a EE.UU. Porque, claro, ¿quién necesita electricidad barata cuando hay drama comercial?

Después de una llamada entre Doug Ford y Howard Lutnick, acordaron eliminar el aumento. Mientras tanto, Trump se queda con su encantador gravamen del 25% en importaciones. ¡Qué alivio!

Los mercados están tan nerviosos como un gato en una tienda de porcelana ante la posibilidad de una recesión. Pero, ¡hey!, al menos tenemos un buen show. Así que mientras Trump y Ford juegan al tira y afloja, el mundo se sienta a disfrutar del circo de los aranceles y las amenazas.