¡Atención, fanáticos de las disputas comerciales! En un giro digno de telenovela, Katherine Tai, representante Comercial de EE. UU., ha decidido que México pierde la batalla sobre el maíz genéticamente modificado. ¿La razón? Los reclamos mexicanos no tienen base científica y afectan el acceso al mercado del T-MEC. ¡Qué sorpresa!

Los productores mexicanos están alarmados por la genética del maíz nacional y el Gobierno insiste en evitar el maíz amarillo importado, temiendo que contamine nuestras variedades nativas. ¡Todo un drama agrícola!

Jorge Molina, experto en comercio exterior, advierte que México tiene 45 días para corregir el decreto o enfrentar aranceles a partir del 4 de febrero. Y con Donald Trump como presidente nuevamente, promete ser un momento explosivo.

Roberto de Alba, del Consejo Agroalimentario de Jalisco, se opone a los maíces transgénicos y aboga por impulsar la genética nacional para mejorar la productividad. Mientras tanto, Juan Carlos Anaya señala que los decretos mexicanos carecen de evidencia científica sobre los riesgos del maíz genéticamente modificado.

Así que aquí estamos, en esta telenovela agrícola donde las decisiones se basan en nada y el drama sigue creciendo. ¡Quién necesita ficción cuando la realidad es tan entretenida!