«Cámara de Diputados: El Nuevo Teatro de la Impunidad Constitucional»
¡Atención, atención! En un giro digno de la mejor telenovela, la Cámara de Diputados nos ha regalado un episodio que haría sonrojar a cualquier guionista de televisión. Resulta que las reformas a nuestra querida Constitución son ahora tan sagradas que ni el mismo Dios podría impugnarlas. Así es, ¡bienvenidos a la era de la impunidad constitucional! Con 340 votos a favor, cortesía de los siempre adorables Morena, PT y PVEM, y 133 en contra de los valientes PRI, PAN y MC, esta joya legislativa es un brillante ejemplo de cómo hacer magia con el poder.
Un destacado legislador de un partido político hizo una entrada triunfal en la tribuna, acompañado de fervientes seguidores que lo vitoreaban como si estuvieran en un concierto. Su mensaje centrado en “proporcionar certeza jurídica” resonaba en el aire. Claro, nada dice «certeza» como eliminar la posibilidad de cuestionar decisiones que podrían llevarnos al abismo. “Mienten quienes dicen que se elimina el juicio de amparo”, proclamó con fervor. ¡Aplausos para su retórica digna de un Oscar!
Por otro lado, una representante del partido naranja no se quedó callada y lanzó una acusación: esto es una violación a la Constitución y evidencia de la “supremacía del partido en el poder”. ¡Qué sorpresa! La reforma parece ser un salvavidas para los abusos del poder. Un legislador del PRI no se anduvo con rodeos y afirmó que el país está en camino a convertirse en un Estado autoritario. “No solo de facto”, añadió dramáticamente, “sino autoritario desde la propia Constitución”. ¡Qué momento tan emocionante para ser mexicano!
Una diputada del PT dio un giro inesperado al debate al afirmar que esta reforma es necesaria para evitar que la Corte dé “un golpe de Estado legal». ¡Vaya visión! Y si pensaban que esto no podía volverse más teatral, otra representante del PAN apareció con veladoras y lápidas, simbolizando la muerte de los órganos autónomos y el Estado de Derecho. “Les traje la Constitución”, dijo con sarcasmo mientras gesticulaba como si estuviera en una obra clásica, “no para que la lean, sino para que le pongan un altar”. ¡Qué poético!
Así que prepárense: esta reforma va a elevar a rango constitucional el hecho de que sus decisiones son intocables. Así que si pensaban que podían cuestionar cualquier reforma constitucional en el futuro, piensen otra vez. ¡Bienvenidos a este nuevo capítulo donde el poder es supremo y las voces disidentes están en serios problemas!