¡Atención, trabajadores de este hermoso país! Prepárense para una noticia que podría haber sido escrita por el guionista de su telenovela favorita: el dictamen que prometía reducir la jornada laboral a 40 horas ha sido desechado. Sí, así como lo oyen. Justo cuando empezábamos a soñar con esas tardes libres para disfrutar de la vida, ¡puf! El sueño se esfumó más rápido que el último pedazo de pizza en una reunión de oficina.

En una sesión que parecía más un capítulo de serie policíaca que un debate serio, nuestros adorables legisladores decidieron que trabajar menos es un lujo que no cualquiera se puede permitir, (solo ellos) Porque, claro, ¿quién quiere tiempo libre cuando puedes pasar horas interminables atrapado en el tráfico y mirando la misma pantalla en la oficina?

Los valientes defensores de la propuesta sostenían que una jornada más corta podría hacer maravillas por nuestra calidad de vida y productividad. Pero, al parecer, la idea de tener empleados felices y descansados no es tan seductora como parece. ¡Vaya sorpresa!

Así que, amigos, sigamos soñando con ese glorioso día en que podamos salir del trabajo antes de que caiga la noche. Mientras tanto, prepárense para llenar sus tazas de café y sacrificar esas horas de sueño. ¡Brindemos por ello!