En un giro que seguramente nadie vio venir, las autoridades locales han decidido suspender las celebraciones del aniversario de la ciudad. ¿La razón? Los recientes actos de violencia que han hecho temblar a la región. Porque claro, ¿quién necesita desfiles y conciertos cuando la seguridad está en juego?

El alcalde de Culiacán, se presentó ante los medios como el héroe que protege a sus ciudadanos invitándolos a no ponerse en riesgo . ¡Bravo, alcalde! La gente estaba tan lista para bailar y celebrar, pero qué bueno que priorizamos la seguridad sobre la diversión.

Así que adiós a las festividades, los desfiles y esas actividades públicas que ya tenían a todos emocionados. Las autoridades están trabajando arduamente en estrategias de seguridad, porque parece que lo que realmente necesitamos es un buen plan de protección antes de pensar en celebrar algo. Tal vez en un futuro lejano –cuando la calma vuelva a reinar– podamos reprogramar esos eventos.

Así que ahí lo tienen: Culiacán se queda sin fiesta, pero al menos podemos sentirnos seguros… hasta nuevo aviso. Las autoridades siguen monitoreando la situación y aconsejan a todos permanecer informados a través de los canales oficiales. Porque nada dice «celebración» como estar pegado a las noticias mientras el confeti se queda guardado.