«Entre Demandas y Silencio: La Tensión de Gaza a un Paso del Acuerdo»
En un contexto de búsquedas desesperadas de soluciones, la delegación negociadora israelí se reunió este miércoles con el primer ministro Benjamín Netanyahu. La cita, celebrada en la capital catarí, Doha, tenía como objetivo alcanzar un alto el fuego en la conflictiva región de Gaza. Sin embargo, las sombras de la negativa de Hamás a participar en las conversaciones oscurecen el horizonte de paz.
La organización islamista, en una declaración contundente esta mañana, afirmó que “Hamás no formará parte de las próximas negociaciones programadas para mañana jueves”. Su postura se basa en la exigencia de que se respeten los acuerdos previos en lugar de abrir nuevas rondas de diálogo.
Desde el lado israelí, la delegación está encabezada por figuras clave: David Barnea, jefe del servicio de inteligencia exterior Mosad; Ronen Bar, director del servicio de inteligencia interior Shin Bet; y el mayor general Nitzan Alon, representante del Ejército. El canal 12 de noticias israelí fue el primero en divulgar esta información.
A pesar del boicot de Hamás, fuentes cercanas informan que los islamistas podrían estar dispuestos a reunirse con mediadores después de las conversaciones para recibir actualizaciones sobre los temas discutidos. Sin embargo, la ausencia de Hamás en Doha desvía el enfoque hacia un acuerdo que facilite el intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos. Esta propuesta, presentada por Estados Unidos a finales de mayo, se espera que se prolongue durante varios días, según Amos Hochstein, mediador estadounidense para el conflicto entre Líbano e Israel.
La dolorosa realidad persiste: 111 de los 251 secuestrados por milicianos palestinos en Gaza siguen en cautiverio. Al menos 39 de ellos han sido reportados como muertos por el Ejército israelí. La presión sobre Netanyahu aumenta, ya que los familiares de los rehenes claman por un acuerdo.
Hamás ha reiterado su posición, exigiendo que Israel cumpla con lo acordado el pasado 2 de julio. Suhail al Hindi, miembro del buró político de Hamás, declaró: “El movimiento requiere un compromiso claro por parte de la ocupación”. Si Israel cumple con estas condiciones, Hamás está dispuesto a participar activamente en la implementación del acuerdo.
En las últimas semanas, las acusaciones han volado entre Netanyahu y Hamás. El primer ministro israelí acusa a los islamistas de exigir 29 cambios sin especificar cuáles son. Por su parte, Hamás reprocha a Netanyahu haber introducido dos nuevas demandas durante una reunión con mediadores en Roma a finales de julio.
Estas demandas incluyen la implementación de un mecanismo de control israelí en el corredor de Netzarim, que divide el norte y sur de Gaza desde el inicio del conflicto, para evitar que los milicianos se reagrupen. Además, se busca garantizar la presencia del Ejército en el corredor de Filadelfia, la frontera entre Gaza y Egipto, para prevenir el contrabando de armas. Netanyahu defiende estas solicitudes como “aclaraciones” respecto a la propuesta original, no como nuevas exigencias.
En medio de la tensión y la complejidad, ambos lados navegan un camino incierto hacia la paz en un conflicto que parece no tener fin.