¡Agárrate fuerte! Hoy, en el emocionante episodio de “Terremoto y Tsunami: Japón en Apuros”, tenemos una historia que te hará temblar más que un flan en un terremoto.

Resulta que en el sudoeste de Japón, justo cuando la gente estaba ocupada con sus tazas de té y sus sushi, ¡BOOM! Un terremoto de magnitud 7.1 decidió hacer su entrada triunfal. La Agencia Meteorológica del país (JMA) se puso las botas y activó una alerta de tsunami. ¿Y cuánto mide este tsunami? ¡Hasta un metro! Sí, señores y señoras, un metro de pura ola gigante.

El epicentro estaba frente a las costas de la prefectura de Miyazaki, en la isla meridional de Kyushu. La JMA, que es como la versión japonesa de los Avengers, revisó la magnitud del temblor desde un preliminar 6.9. En la escala sísmica japonesa de 7 niveles (sí, tienen su propia escala, porque ¿por qué no?), el terremoto alcanzó la intensidad 6 en la mitad este de Miyazaki. En el resto de la provincia y en el este de la vecina Kagoshima, fue un modesto 5 inferior.

¿Qué hizo la JMA? Emitió una alerta de tsunami que decía: “¡Atención, habitantes de las costas! Prepárense para un metro de ola gigante. Y, por si acaso, también les tiraremos 0.2 metros en Okinawa y las islas Ogasawara. ¡Esperamos que sus paraguas sean resistentes!”

Las autoridades dijeron: “¡Gente, aléjense de las costas y de los ríos! Las olas llegarán después de las 17.00 (8.00 GMT), así que no se queden ahí como estatuas de sal”. Mientras tanto, en el aeropuerto de Miyazaki, los cristales de las ventanas se rompieron como si estuvieran en una película de acción.

Pero eso no es todo. Los operadores de centrales nucleares también estaban en alerta. Revisaron los reactores de las centrales de Sendai e Ikata. Por suerte, no hubo anomalías. Y, ¿sabes qué? Aparentemente, el terremoto no causó daños materiales significativos ni víctimas. Japón, con su infraestructura a prueba de terremotos y sus barreras antitsunami, son un ejemplo para los países.