«La Corrupción: El Nuevo Baile Nacional de los Agentes de Seguridad»
Permítanme presentarles a los invitados de honor: los policías y agentes de seguridad pública. Estos valientes servidores públicos han convertido la corrupción en todo un arte. ¿Quién necesita museos y galerías cuando puedes disfrutar de la danza de sobornos, tráfico de influencias y travesuras financieras en las calles?
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), casi la mitad de las personas que interactúan con las autoridades de seguridad pública han tenido el privilegio de participar en esta emocionante coreografía de ilegalidad. ¡Bravo!
En el último informe de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), se reveló que un 47.5% de los ciudadanos valientes que se aventuran a hablar con las autoridades sufren al menos un acto de corrupción. ¿Sorprendente? Claro que sí. Pero no se preocupen, hay más datos jugosos.
Durante el primer semestre de 2024, aproximadamente un 14.2% de la población adulta tuvo el “placer” de encontrarse con alguna autoridad de seguridad pública. Y como era de esperarse, casi la mitad de ellos experimentaron la emoción de ser parte de un acto corrupto. ¡Qué adrenalina, amigos!
La corrupción en los agentes de seguridad ha estado en su apogeo en los últimos años. En junio de 2022, teníamos un respetable 43%. Luego, en junio de 2023, subimos la apuesta a un emocionante 43.5%. Y ahora, en junio de 2024, alcanzamos un glorioso 47.5%. ¡Increíble progreso!
Pero no todo es diversión y juegos. Fresnillo se lleva la corona como la ciudad más insegura del país. ¡Un impresionante 94.7% de sus habitantes se sienten incómodos en su propia localidad! ¡Qué honor para Fresnillo! Y para rematar, llevan tres años consecutivos en este codiciado puesto.
¿Y qué decir del cambio en la percepción de inseguridad en otras ciudades? Algunas han bajado su nivel de “emoción” como Iztapalapa, Álvaro Obregón y Los Cabos. Mientras tanto, Manzanillo, Benito Juárez y Chetumal han decidido subirle la intensidad a la percepción. ¡La emoción nunca termina en México!
Así que, queridos amigos, si alguna vez se cruzan con un oficial de seguridad, recuerden: ¡la corrupción es el nuevo baile nacional!