En las últimas semanas, Kenia ha sido escenario de intensas manifestaciones en contra del gobierno debido al aumento de impuestos. Más de 50 personas han perdido la vida durante estos eventos, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR). La mayoría de las fatalidades ocurrieron en Nairobi, aunque otras ciudades como Nakuru, Kisumu y Mombasa también han sufrido pérdidas.

Además de las muertes, se han registrado 413 heridos, 682 detenciones arbitrarias y 59 casos de secuestros o desapariciones forzosas. A pesar de los llamamientos para poner fin a estas acciones, la represión continúa, con el uso de gases lacrimógenos, balas de goma e incluso munición letal por parte de las fuerzas de seguridad.

Aunque la participación en las protestas ha disminuido en comparación con días anteriores, cientos de personas salieron a las calles este martes en diferentes localidades de Kenia. Sin embargo, estos eventos no fueron incluidos en el último informe de la KNCHR.

Lo que comenzó como una oposición al polémico proyecto de ley tributaria ha evolucionado hacia movilizaciones antigubernamentales. Los jóvenes de la ‘generación Z’ lideran estas manifestaciones a través de plataformas digitales, y su pacífica lucha culminó con la irrupción en el Parlamento el pasado 25 de junio. La situación sigue siendo tensa y volátil en el país africano.