El 28 de junio de 2024, en Irán se armó la grande con unas elecciones sorpresa después de que Ebrahim Raisí, el presidente anterior, dijera adiós al cargo. La gente estaba en ascuas con estas elecciones express, sin un candidato que se robara el show y con la población echando chispas por la economía y la sociedad patas arriba.

Un montón de 58 mil colegios abrieron sus puertas desde bien temprano hasta tarde, ¡con 61 millones de personas listas para votar según los que saben de esto en Irán!

Los iraníes se tuvieron que rascar la cabeza para elegir entre tres gallos:

– Mohamad Baqer Qalibaf, un conservador con los pies en la tierra y exalcalde de Teherán.
– Saeed Jalili, un ultraconservador que le hace el fuchi a todo lo que huela a Occidente.
– Masoud Pezeshkian, un reformista y cirujano que es de la minoría azerí.

Con el riesgo de tener que ir a segunda vuelta porque nadie sacó más del 50 % de los votos, ser presidente en Irán significa tener que tomar decisiones importantes sobre lo que pasa dentro del país y también meterse un poco en temas de afuera como la seguridad.

En medio de un lío mundial por la guerra en Gaza y los rollos del programa nuclear iraní, estos candidatos tuvieron que batallar duro. Los resultados salieron a la luz al día siguiente.